Por: Adriana María Ríos Díaz
Por iniciativa del taller Ephémeros de Cesar García –Coco y del cual hacen parte Luz Elena Villegas y Liliana Vergara, surge la propuesta para la Pontificia Universidad Javeriana de crear un evento en donde se exponga y se reflexione entorno a la producción gráfica de la ciudad y del país, convocando a grabadores y artistas, talleres o colectivos con la intención de crear nuevas redes de intercambio. El evento que hoy nos convoca tiene como nombre Cali.gráfica.
Para su primera exposición, Cali.gráfica presenta el trabajo de los artistas miembros del taller Ephémeros, quienes estarán acompañados por dos artistas de la ciudad de Medellín: José Antonio Suárez y Carlos Marín. Sabemos que el oficio de grabador une indisolublemente a este grupo de artistas, especialmente el medio calcográfico. Allí convergen sus imaginarios y los medios técnicos de una escuela ortodoxa y en otros casos, la franca experimentación. Los formatos que nos presentan van desde la imagen en miniatura, que le demanda al espectador la constancia del ir y venir e inspeccionar un micromundo; el tamaño postal, la hoja carta y la dimensión del libro. El soporte de papel como base uniforme, impoluto o trazado, soporta como una caja de Pandora todos sus referentes: libros de rutinas, una mirada al interior y al exterior de la naturaleza humana, la ciudad y su mapeo, microcosmos y su fauna, la abstracción de entornos imposibles de imaginar y la figuración de la inconmensurable condición humana.
La iniciativa de este grupo de artistas grabadores que inauguran esta primera versión de Cali.gráfica es la de propender por la continuidad del trabajo gráfico que se ha desarrollado en la ciudad y el país, revalidando y divulgando la labor de talleres y grabadores.
Cuando pensamos en la historia de la gráfica en Cali, se nos hace obligatorio revisar unas cuantas planas de nuestra nutrida caligrafía: los Festivales de Arte de Cali en la década del sesenta
y sus diversas exposiciones de pintura y dibujo, la fundación del Museo de Arte Moderno la Tertulia y con este proyecto, las sucesivas bienales que marcaron un hito expositivo para el país como lo fueron las Bienales Americanas de Artes Gráficas desde 1971 a 1985. Estos eventos se consolidaron como una gran vitrina para el medio artístico y la nueva inclusión de técnicas y conceptos, que no sólo se compartieron entre artistas nacionales sino también con artistas de todo el mundo. A dicho intercambio le debemos la nutrida colección de un museo dedicado a la gráfica y las primeras iniciativas en la enseñanza de las técnicas; ante este panorama, cabe mencionar las marcadas influencias de la gráfica del Cono Sur y la del Caribe, encabezada por el maestro puertoriqueño Lorenzo Homar, quien llegó a nuestra ciudad debido a sus lazos de amistad con el maestro Pedro Alcántara Herrán; ellos fueron los primeros en enseñar y difundir la técnica serigráfica en Cali y la producción de carpetas de grabado que surgieron en el taller del Museo. Esta iniciativa de producción gráfica se vio reflejada en el surgimiento de talleres de grabado: el Taller Experimental de Gráfica como semilla fundadora de la Corporación Prográfica de Cali y los talleres de los maestros Mario Gordillo y Fabio Daza, estando estos últimos aún vigentes en nuestra ciudad. Cabe añadir a este panorama local, la suma de otro hito de corte regional: la fundación en 1973 del Museo Rayo en el municipio de Roldanillo. Dirigido por el maestro Omar Rayo, este espacio fue para muchos artistas gráficos del Valle del Cauca, su casa, primer escuela y primer taller.
Todo este recorrido anteriormente descrito, hace parte de todo un acervo gráfico caleño que nos compete a artistas e investigadores, que actualmente sentimos la necesidad de compilar y entender la historia de la gráfica en nuestra ciudad.